El Gobierno ya acumula una recaudación de $146.000 millones tras los dos primeros vencimientos del anticipo de Ganancias de 2023 que la AFIP le cobrará a un grupo de grandes empresas. Así, entre octubre y noviembre percibió poco menos del 60% del total que espera como ingreso el fisco.
Según información oficial, en noviembre la AFIP recibió 1.317 pagos a cuenta por un monto de $74.297 millones, de una recaudación que se esperaba en teoría en $79.956 millones, aseguraron a Infobae desde el organismo tributario. De esta manera, el porcentaje de cumplimiento del pago de anticipo de las Ganancias de 2023 por parte de esas empresas fue de 92,92%, algo más que el 91,5% de octubre.
El ingreso fiscal total que espera el equipo económico por la vía del anticipo de Ganancias para ese grupo de empresas es de unos $253.000 millones, por lo que luego del transcurso de los dos primeros vencimientos, la AFIP ya percibió un 57% del total esperado.
La hoja de ruta que planteó el organismo prevé que el ritmo mensual de recaudación sea levemente mayor en diciembre, de unos $80.000 millones (unos $225.000 millones, por lo que la mayor parte del total esperado por el anticipo de Ganancias llegaría a las arcas del fisco en los tres primeros vencimientos.
Esos $225.000 millones implicarán un refuerzo fiscal para las cuentas públicas en medio de una meta de reducción de déficit fiscal acordada con el FMI que aparece como desafiante para el Ministerio de Economía. Los datos de octubre -últimos oficiales- dejaron al sector público con un margen de incremento del rojo primario de unos $790.000 millones para el último bimestre, que suele tener por cuestiones estacionales una marcada expansión del gasto.
El anticipo de Ganancias de 2023 para grandes empresas funcionó como una suerte de “reemplazo” planteado por el ministro de Economía Sergio Massa al proyecto de renta inesperada que el antecesor en el cargo Martín Guzmán había planteado para cobrarle a un grupo de compañías un porcentaje mayor de Ganancias por retornos extraordinarios que hubiesen obtenido como consecuencia de la disparada de precios que acompañó a la pandemia.
Hace algunas semanas, de todas formas, la portavoz presidencial Gabriela Cerruti reflotó el debate sobre ese proyecto de ley de renta inesperada que no tuvo mayor tratamiento en el parlamento. “Debería ser la agenda prioritaria del Congreso”, dijo en su rueda de prensa semanal.
“Necesitamos que se apruebe ese proyecto porque significa mayores ingresos para el Estado que van a poder ser redistribuidos en muchas de las políticas que muchos sectores reclaman”, afirmó la funcionaria. Y enfatizó: “El Gobierno ha enviado en junio de este año un proyecto que quiere que se discuta en el Congreso, que está vigente en otros países con muy buenos resultados”.
El proyecto de renta inesperada fue presentada en junio por Guzmán. La iniciativa respondía a un reclamo de la coalición de gobierno para que el Gobierno capture parte de la ganancia que hubiese obtenido un grupo de empresas por el fuerte alza de precios internacionales como consecuencia de la guerra en Ucrania y que esos fondos sirvieran para financiar medidas redistributivas tras el pico (en ese momento) de inflación que había registrado marzo.
Ya con la llegada del tigrense, el nuevo equipo económico activó un cambio en el impuesto a las Ganancias para cobrar un anticipo por la renta del año próximo a recaudarse en los últimos cuatro meses del año. Hubo en esa medida un espíritu similar al proyecto de ley de la renta inesperada: cobrar a un grupo reducido de empresas (se estima que es menos del 1% del total) ganancias obtenidas en los últimos meses y reforzar los ingresos fiscales de los últimos meses del año.
La determinación del pago, según informó AFIP, es:
- Sujetos alcanzados, respecto de los cuales el importe base para el cálculo de los anticipos, para el período fiscal inmediato anterior a aquel al que corresponderá imputar el pago a cuenta, resulte superior a pesos cero ($ 0): 25% sobre dicho importe.
- Restantes sujetos alcanzados: 15% sobre el Resultado Impositivo del período fiscal inmediato anterior a aquel al que corresponderá imputar el pago a cuenta, sin aplicar la deducción de los quebrantos impositivos de ejercicios anteriores conforme la Ley del Impuesto a las Ganancias, texto ordenado en 2019 y sus modificaciones.
Algunas empresas fueron a la Justicia para evitar el pago de ese anticipo de Ganancias. Un caso reciente es el de una empresa bodeguera que consiguió una medida cautelar por parte del juzgado federal de Mendoza, que consideró que esa modificación en el esquema de pago del tributo implica “un nuevo impuesto encubierto a través de una reglamentación administrativa”.
Fuente: Infobae
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