Este jueves el Directorio del Banco Central tendrá una tarea díficil por delante: deberá decidir si aumenta nuevamente las tasas de interés y en qué nivel, para calibrar los rendimientos en pesos con el costo de vida de los argentinos que sube por encima del 4,7% mensual. El mercado espera una respuesta contudente desde la política monetaria, que se articule con el paquete de medidas que presentará el Gobierno este jueves.
La decisión deberá tomarla en un día clave: en el mismo momento en el que el Senado discute si aprueba o no el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. El organismo, entre otras cosas, le pidió al Gobierno que trabaje para ofrecer "tasas reales positivas", una meta que parece ambiciosa a la luz del dato del IPC de febrero y de las peores expectativas de las consultoras privadas para marzo.
El índice CER acumula una suba de 71.7% desde marzo de 2021, y la tasa Badlar, que rige los préstamos de los bancos, se mueve a un ritmo de 48%. Ese "gap" entre inflación y tasas, es lo que debería acortar el Central. El mes pasado, la autoridad monetaria elevó en dos puntos porcentuales la tasa de referencia, que pasó del 40% al 42,5% anual, lo que da una tasa efectiva por los depósitos de 50,4%.
En la City no se aventuraron a proyectar cuál podría ser la magnitud de la suba aunque reconocen que "no hay espacio" para evitar tomar una decisión en este aspecto. En el organismo repiten que la tasa de política monetaria se mira teniendo en cuenta la inflación futura y no la pasada, pero las proyecciones del mercado estiman que de, de no controlarse a tiempo, el espiral inflacionario puede continuar acelerándose.
"Con el dato de inflación de esta semana resulta practicamente imposible lograr el objetivo de tasas reales positivas", dijo Francisco Mattig, economista de Consultatio. "La suba de tasas tiene que ser muy grande. El programa con el Fondo no tiene como meta el control de la base monetaria, incluye el objetivo de tener tasas reales positivas, pero no lo pone como una meta cuantificable", añadió.
En este sentido, su colega Nery Persichini, de GMA Capital, advirtió: "El programa con el Fondo es inflacionario: no hay anclas de ningún tipo. Pide una reducción del déficit, con aumento de tarifas, busca que el Banco Central aumente el ritmo de crawling peg. Desde hace once meses que Argentina tiene una inflación en dólares del 2%. Sin un plan integral que cambie las expectativas inflacionarias es un cuadro muy díficil de controlar".
La aceleración inflacionaria también pega en el control que el organismo que preside Miguel Pesce puede hacer del mercado cambiario. Luego de haber llevado su ritmo de devaluación diario al 42% anual, el peso se apreció un 18% respecto al dólar. Convalidar una suba más rápida del tipo de cambio oficial parece una barrera que el Gobierno no está dispuesto a cruzar.
Los economistas coinciden en que este año la economía argentina verá una "brecha" entre el ritmo en el que suben sus precios y el que cotiza el dólar.
Martín Polo, jefe de estrategia de Cohen, apuntó: "La inflación tiene una inercia tan alta que el Gobierno cree que una aceleración del ritmo de devaluación puede seguir alimentando los precios. Si se apoya en el acuerdo con el Fondo, y los desembolsos de dólares que van a entrar en marzo, sumados a la "avalancha" de dólares del segundo trimestre por una cuestión estacional, no tienen incentivos aún para subir el ritmo de devaluación".
Fuente: Clarín
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