Soja y suerte. La descripción que los opositores le dedicaron a los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner entre 2003 y 2015 podría acompañar también al de Alberto Fernández en lo que resta de su gestión. Los pronósticos indican que la cosecha del año próximo llegará a un récord y sumaría USD 33.000 millones. Esos dólares deberían ser suficientes para seguir con el “plan aguante” un año más y evitar una maxidevaluación.
Cualquier proyección respecto a la evolución del año próximo incluye un acuerdo el FMI. El propio representante argentino ante el organismo, Sergio Chodos, reconoció que el tiempo límite para alcanzar un acuerdo es marzo de 2022. Mientras tanto, se seguirán pagando los vencimientos religiosamente.
Luego de los U$S 400 millones cancelados al Fondo en la última semana tocan otros U$S 1.900 millones antes de fin de año. Y en el primer bimestre del año próximo también hay que hacer frente a pagos por más de U$S 1.000 millones. Sería realmente absurdo continuar pagando si el objetivo es no acordar.
José Luis Espert, candidato a diputado por Avanza Libertad en la provincia de Buenos Aires puso en blanco sobre negro las características de esta negociación: “Si Argentina no arregla con el FMI se prende fuego, y si lo hace igual vamos a estar jodidos”.
No hay atajos a un acuerdo con el Fondo ni un “plan B”. Resulta imprescindible refinanciar los vencimientos por más de U$S 40.000 millones y meter en la misma bolsa además las deudas con el Club de París, reprogramadas hasta el año que viene.
El único acuerdo
Quizás sea el único tema en el que están totalmente alineados Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Ninguno de los dos planteó ni en público ni en privado algo parecido a un plan que incluya un default con el Fondo. Ese escenario incluiría un fuerte salto del dólar y la brecha, mayor caída del precio de los bonos y el riesgo de una corrida bancaria. Un camino suicida.
No hay “plan B” en el Gobierno en relación a un acuerdo con el FMI. No llegar a un entendimiento no asegura crecimiento, pero aleja las chances de una corrida cambiario o incluso bancaria, que plantearía dudas sobre las chances del Gobierno de llegar a diciembre de 2023
El arreglo con el Fondo tiene, sin embargo, muchas etapas. Las negociaciones se acelerarían luego de las elecciones legislativas, luego deberá elevarse a la cúpula del organismo y finalmente al directorio para su aprobación final. Mientras tanto, también se requeriría la aprobación del Congreso argentino según dispuso el propio Gobierno. Será toda una prueba de convivencia política, teniendo en cuenta que el kirchnerismo está cerca de perder mayoría en ambas cámaras.
Partiendo de la base de que finalmente habrá acuerdo con el FM, el 2022 con viento a favor será un año mediocre. En el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) publicado el viernes, los principales bancos y consultores económicos esperan una inflación cercana al 50%, similar a la de este año. Y la economía se quedaría casi sin motores que sigan impulsando la recuperación, por lo que en un escenario positivo podría mejorar otro 2%. Este año terminaría con un repunte de 9%, recuperando casi todo lo que se perdió durante la caída por la pandemia.
Martín Guzmán y Miguel Pesce preparan para después de las elecciones una receta que ya les dio resultado el año pasado. Con los dólares de la cosecha y señales de moderación en el frente fiscal fue posible controlar el dólar libre en los primeros meses de 2021, tras haber tocado un pico de $ 190 en octubre de 2020, que recién fue superado un año después.
Fuente: Infobae.com
https://www.infobae.com/economia/2021/11/07/economia-post-elecciones-todos-los-caminos-conducen-al-fmi-y-a-un-ajuste-mas-acelerado-del-dolar-oficial/
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