Con 56 votos a favor, 13 en contra y 3 abstenciones, el Senado convirtió en ley el proyecto que autoriza al Poder Ejecutivo a refinanciar la deuda de 44.500 mil millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional.
Tras un debate de 9 horas, la votación resultó como se preveía: la oposición acompañó, mientras que la bancada del Frente de Todos -tal como sucedió en Diputados- se dividió y el sector K no apoyó la iniciativa. Sin embargo, dentro del interbloque Juntos por el Cambio la unanimidad no fue total, ya que la neuquina Lucila Crexell se diferenció con su voto al abstenerse.
En el momento de la votación, Cristina Kirchner no estuvo presente, y quien dio por comunicada la sanción de la ley fue la presidenta provisional, Claudia Ledesma Abdala de Zamora. La vicepresidenta sí había abierto la sesión a las 14.09, e incluso se mostró durante un transcurso del debate por la tarde, alrededor de las 19. Durante su ausencia en el recinto, CFK fue apuntada por la oposición en varios discursos, dado su rechazo al acuerdo.
Aunque el texto del proyecto sufrió modificaciones en la Cámara baja, donde por instancias de la oposición se retiraron los anexos que contenían el programa económico, el oficialismo consiguió la ley antes de los vencimientos que se aproximaban el 21 y 22 marzo y que ascendían a 3.200 millones de dólares.
En el listado de los 40 senadores que se anotaron para hacer uso de la palabra no hubo ninguno perteneciente a La Cámpora, ni tampoco “cristinistas”. Sí hablaron algunas senadoras oficialistas que no acompañaron, como Eugenia Catalfamo, Silvia Sapag, María Inés Pilatti Vergara y Nora Giménez, quienes cargaron duro contra la gestión de Mauricio Macri y la “estafa” que significó el crédito inédito con el FMI.
Por su parte, a lo largo de la sesión, desde Juntos por el Cambio hicieron hincapié en la “responsabilidad” de votar a favor para evitar el default y le enrostraron al Frente de Todos no tener una postura unificada en el tema. También remarcaron, una y otra vez, que no avalaban el plan económico de Martín Guzmán, sino solo el refinanciamiento y la toma de “un nuevo crédito” del Gobierno por 5 mil millones de dólares, algo que senadores del oficialismo negaron sea así.
La ley -que es la primera vez en la historia que se aprueba una norma de estas características- establece la aprobación “de acuerdo a lo estipulado en el artículo 75, inciso 7, de la Constitución Nacional y en los términos del artículo 2° de la ley 27.612, las operaciones de crédito público contenidas en el ‘Programa de Facilidades Extendidas’ a celebrarse entre el Poder Ejecutivo nacional y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la cancelación del Acuerdo Stand By celebrado oportunamente en 2018 y para apoyo presupuestario”.
Y agrega que “el Poder Ejecutivo nacional suscribirá, en uso de sus facultades, los instrumentos necesarios para dar cumplimiento a lo establecido en el párrafo precedente”.
Las voces de oficialistas y opositores
Miembro informante del oficialismo, el debate tuvo como primer orador al riojano Ricardo Guerra, quien aseguró que el acuerdo con el FMI se trata de “con el menor costo social posible, elevar la pesada ancla del endeudamiento sin precedentes al que nos sumió el gobierno anterior” y “en lo más inmediato posible poder centrar el esfuerzo de gestión en el crecimiento de la economía y la reducción de la inflación, lo que redundará en el bienestar de la población”.
“Sin que deba significar la liberación de las responsabilidades que les pudiera caber en los estamentos administrativos, judiciales y políticos pertinentes a quienes tomaron la decisión de tomar este exagerado endeudamiento, apelo a la consideración de los senadores y senadoras para que acompañen la aprobación del proyecto de ley”, sostuvo el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda.
A continuación fue el turno del chaqueño Víctor Zimmermann, quien destacó el consenso alcanzado en la Cámara de Diputados y subrayó que el proyecto que se va a votar “difiere sustancialmente del enviado por el Poder Ejecutivo”. En ese sentido, esta iniciativa “permitiría cumplir con los vencimientos y evitar el default. Es decir, la cuestión central que debemos decidir esta tarde es ‘default sí o default no’, con todo lo que eso implicaría entrar en mora y no pagar”, dijo.
“Entrar en default sería por ejemplo no tener créditos internacionales, no tener acceso a los organismos bilaterales de crédito; aumento de la emisión monetaria para poder financiar el déficit del gasto público”, agregó el legislador radical.
En un extenso discurso, el porteño Martín Lousteau señaló que si se cayera en default “aumentaría el dólar, la inflación, y la pobreza, y rápidamente y súbitamente sobre una base que ya esta muy mal”. En cuanto al endeudamiento total, el radical apuntó que “de toda la deuda que hoy tiene la Argentina el 31% lo emitió este Gobierno”, lo que es “tres veces la deuda con el Fondo Monetario”.
Muy duro, y en relación a la fuga de capitales, el senador de JxC acusó: “Cuando uno saca depósitos del banco y los mete en una caja en dólares eso también es fuga. Como otros argentinos cuando tienen desconfianza en la política económica. Miren lo que dicen, miren lo que pasa: nota de Página/12, ‘Cristina Kirchner explicó que por desconfianza a la política económica de Macri decidió pasar a dólares sus ahorros de casi 66 millones y obtuvo 4.600.000 millones que quedaron depositados en una caja de ahorro a nombre de su hija Florencia (Kirchner)’. Eso también es fuga”.
La bancada de Juntos por el Cambio en la sesión de este jueves.
Desde el otro lado del recinto, el misionero Maurice Closs cuestionó al gobierno anterior por la salida de divisas. “Nadie puede dudar que el peor error que se cometió fue garantizar la salida de las divisas -llámenle fuga, capital timbero, cobarde, como quieran-, se le garantizó la salida a un tipo de cambio de $20 allá por abril de 2018, y ese fue el problema: cedieron reservas cuando no teníamos y se garantizó una rentabilidad del 20% en dólares, con el famoso carry trade”, recordó el oficialista.
Por su parte, el jefe del bloque Pro, Humberto Schiavoni resaltó a la “oposición responsable”. “Nosotros no tenemos fisuras, lamentablemente no podemos decir lo mismo del oficialismo”, lanzó y aclaró que “así como decimos no al default y aprobamos la operación crediticia para renovar los vencimientos, también decimos que no le corresponde al Congreso opinar sobre las políticas económicas”.
En defensa de la deuda tomada por la gestión de Macri, el misionero afirmó que “no fue tomada de manera ilegal; el plexo normativo vigente al momento de tomarse esta deuda no exigía que esta operación pasara por el Congreso”. “Esta es una deuda que no la creó Mauricio Macri”, expresó y argumentó que “de cada tres dólares tomados, dos fueron para pagar deudas que habían sido contraídas por administraciones anteriores” y el restante para financiar déficit.
También desde JxC, el cordobés Luis Juez anticipó que iba a dar un discurso moderado y justificó su acompañamiento porque “Argentina no admite especulación en un momento complejo y delicado”. “Estamos viviendo un momento complejo con un presidente extremadamente débil, por errores propios y ajenos, pero muchos propios, que han debilitado la palabra presidencial”, observó y, en esa línea, añadió: “Nunca pensé que mi primer voto en esta nueva gestión en el Senado iba a ser para acompañar una decisión del Gobierno. Pero es una decisión que este país se merece”.
“Si entramos en default, muchos argentinos lo van a pasar mal, ya lo vivimos en el 2001. Tenemos que sacar adelante este acuerdo y entre todos trabajar”, manifestó el salteño Sergio “Oso” Leavy, que calificó al préstamo de 2018 como “una espada de Damocles para todo el pueblo argentino”. “Tenemos que trabajar para que este acuerdo salga adelante y sea lo mejor posible, porque para eso trabajaron el ministro de Economía y el presidente de la Nación. Preocupa la situación, tenemos que trabajar para mejorar el país porque es irresponsable la forma en cómo tomaron un préstamo que no se puede pagar en estos días”, agregó.
Otro oficialista que habló en el recinto fue el chubutense Carlos Linares, quien remarcó que “el acuerdo con el Fondo, sin duda, no es el acuerdo que uno quisiera votar. Nadie quiere que al país le vaya mal, pero muchas veces manejan estadísticas y no realidades. Tenemos que trabajar todos juntos para sacar al país adelante y aquel compañero que tenga algo para aportar de buena fe lo tiene que decir”.
En relación a la fractura dentro del propio oficialismo, pidió respetar a sus compañeros de La Cámpora: “Todos vamos a estar haciendo política con diferencias, respeto mucho a aquel que piense distinto, no voy a subestimar como subestimaron en declaraciones a los compañeros de un sector importante de nuestro proyecto como es La Cámpora, que tiene una mirada, la dieron siempre, el mayor respeto de todos nosotros”.
Más tarde fue el turno de la puntana Eugenia Catalfamo, la primera oficialista que se pronunció en contra de aprobar el proyecto. Muy crítica de la gestión macrista, la senadora apuntó que esta deuda “se trata de la mayor estafa que haya sufrido nuestro país” y el préstamo “es tan escandaloso que es algo nunca antes visto”.
Al asegurar que se trata de una “deuda odiosa”, la legisladora enfatizó: “Lo voy a repetir para que a la gente le quede claro en el brete que nos han metido con una deuda que responde a casi 45 mil millones de dólares, de los cuales no se utilizó absolutamente nada para mejorar la calidad de vida de los argentinos. No se construyeron escuelas, viviendas, instituciones de salud, nada que se asemeje a mejorar la calidad de vida de los argentinos”.
Al anunciar su abstención, la neuquina Silvia Sapag reprochó que desde el gobierno anterior “hicieron el plan perfecto, porque como no ganaron las elecciones nos condicionaron a nosotros, pero resulta que este Gobierno populista se caracteriza por tener una mirada puesta en el otro, en sus necesidades, en cómo satisfacerlas, en cómo lograr que tengan salud, educación”. “Por eso confío en el Gobierno, después de la devastación del gobierno de Macri vino la pandemia y vimos el esfuerzo del Gobierno nacional para salir adelante. ¿Cómo no confiar en nuestro Gobierno?”, aclaró, pero justificó que “por razones personales, familiares, adelanto mi abstención”.
A su turno, el entrerriano Alfredo De Angeli indicó que “la deuda que estamos debatiendo es del 12% de la deuda total de la Argentina” que asciende a “casi 366.500 millones de dólares”. Y recordó que en 2007, cuando asumió Cristina Kirchner, se debía 177 mil millones de dólares; en 2011, cuando fue reelecta, la deuda era de 197 mil millones de dólares; y cuando asumió Macri en 2015 la deuda era de 241 mil millones de dólares.
“Nosotros también recibimos herencia y no nos quejamos. Recibimos un Banco Central con reservas negativas, le devolvimos los fondos a las provincias, ni hablar del déficit energético con el que nos dejaron. Nos siguen echando la culpa a nosotros”, exclamó el senador del Pro, que cerró: “Vamos a acompañar porque no nos merecemos este país que tenemos porque somos un país rico cargado de pobres”.
En contra del proyecto, la oficialista chaqueña María Inés Pilatti Vergara advirtió que la “tristeza” la embargaba porque “tampoco creo que votando este proyecto estemos salvando al pueblo argentino del default. Esto es alargar la agonía. El default tarde o temprano lo vamos a sufrir sobre las espaldas de los que ya hoy están sufriendo muchísimo. Todos sabemos lo que son las imposiciones del FMI, que son tremendos ajustes, y el pueblo argentino ya no está en condiciones de soportar un ajuste más”.
En su debut en el recinto, el bonaerense José Torello insistió -como alguno de sus pares- que “el préstamo del FMI es solamente el 11% del total de la deuda contraída por la Argentina”, mientras que “en estos dos años el Gobierno nacional se endeudó en 65 mil millones de dólares, una vez y medio el empréstito que hoy estamos votando responsablemente para que puedan gobernar”.
“No podemos seguir permitiendo que el sector privado pague la fiesta”, alertó el senador del Pro, quien recomendó que “debemos parar de gastar irresponsablemente en todos los órdenes de la Nación, las provincias y los municipios”. Al tiempo que lamentó que desde el Gobierno “contestan con aumento de impuestos, retenciones, controles de precios y chicanas”.
También anunció su voto en contra la salteña Nora Giménez, quien habló cerca de las 19, con Cristina Kirchner presidiendo ese pasaje de la sesión. Ahí cargó contra el endeudamiento contraído durante la gestión macrista y cerró su discurso confirmando su voto negativo. Pero aclaró: “No voto en contra de mi Gobierno; no voto en contra de mi presidente, ni de usted como vicepresidenta. No voto en contra del Frente de Todos, que estoy muy orgullosa de representar”.
“Voto en contra de la deuda ilegítima que dejó Mauricio Macri y del Fondo Monetario Internacional, que una vez más vuelve a imponer y trata de generar las condiciones para repetir los ciclos de endeudamiento, crisis social, valorización financiera y fuga de capitales”, concluyó.
Desde el interbloque JxC, la neuquina Lucila Crexell anunció que se abstendría y criticó que “ninguna de las dos partes, ni el oficialismo, ni la oposición, hizo su mea culpa”. “Este Gobierno lleva dos años de administración y lo único que pudimos ver es un mal arreglo con deudores privados, un riesgo país elevado, el incremento de deuda pública total y la demora en las negociaciones con el FMI”, enumeró.
“Lo que necesitamos es un gran acuerdo político y productivo. El gobierno parece ir en sentido contrario. De hecho, preparan un programa con el FMI basado en el aumento de la presión tributaria a los sectores productivos. Por eso he decidido abstenerme”, sostuvo.
En el tramo de los cierres, la titular del bloque Córdoba Federal Alejandra Vigo destacó la “importancia del tratamiento que contiene un solo artículo y define la aprobación o no de la negociación entre el Gobierno y el FMI, porque es una herramienta específica del Ejecutivo, ya que en todo momento la negociación y las consecuencias que puedan tener son responsabilidad única del Ejecutivo”.
En ese sentido, la esposa del gobernador Juan Schiaretti alertó que “el acuerdo es importante, central, pero debe ir acompañado de un plan de protección a la economía nacional con medidas concretas para combatir la inflación y desarrollar la producción y fomentar las inversiones”.
Por su parte, la monobloquista Magdalena Solari Quintana consideró que “nos toca elegir un mal menor” y subrayó que “no es algo que nos enorgullezca para nada”, pero se trata de “evitar que la Argentina caiga en default con todo lo que eso significa”. “Lo importante es que el acuerdo que hagamos tiene que ser con la gente”, advirtió la misionera y planteó que “hay que mirarlo desde la enorme asimetría que hay desde lo que son las provincias, las que estamos más lejanas, y lo que es el centralismo”.
En tanto, el rionegrino Alberto Weretilneck comparó que “es un tema muy parecido al del aborto”, en el sentido de que “se cruzan muchos intereses”. “Por lo que siento, por lo que me informé, por lo que leí, votaría que no”, confesó, pero dijo: “Debo votar entre el mal menor ante la situación que estamos viviendo”. Y, crítico de la decisión del gobierno de Macri de ir al Fondo, opinó que “en términos políticos y económicos forma parte de las peores mala praxis de un gobierno en la historia de la deuda externa argentina”. “Hay que analizarlo en la toma de decisión política y económica, los argumentos, los efectos y las consecuencias. Ninguno de los tres son las deseadas para el bienestar de la Nación”, añadió.
Luego expuso el salteño Juan Carlos Romero, quien lamentó que “ha rondado la búsqueda de culpables y la reafirmación que con este acuerdo comienzan los males argentinos. Esto no es así”. “Si no se hubiera tomando el crédito, este riesgo de default de ahora hubiera sucedido en ese momento cuando se tomó el empréstito”, señaló el senador del interbloque JxC.
Además, el legislador apuntó que “la deuda ha ido creciendo en el tiempo” con “crecimiento de la inflación, la pobreza”. “En Argentina tenemos el defecto de creer que repitiendo siempre el mismo modelo en 70 años de intervención del Estado, de gastar más de lo que se tiene, de ahogar a la producción, vamos a salir a flote y eso no sucede”, aseveró.
Antepenúltimo orador, el jefe del bloque UCR, Luis Naidenoff, reflexionó que “el problema argentino es esencialmente político” y “cada uno tenemos que hacernos cargo de la parte que nos corresponde”. “El mejor ejemplo del problema político que tenemos en Argentina es desde hace dos años que gobierna el Frente de Todos”, continuó.
Al explicar por qué la demora en el acuerdo con el FMI, y esta situación de “llegar al límite”, el formoseño disparó duro el ministro Martín Guzmán: “Digo ministro por ser muy generoso, por el negociador de deuda, porque no tenemos ministro de Economía en Argentina y hay que hacerse cargo, el Gobierno debe hacerse cargo”. Entonces, lo acusó al funcionario de no buscar “el mejor acuerdo” estos dos años, sino “cómo conciliaban las condiciones del núcleo duro con un acuerdo medianamente posible”.
“El mayor problema político en Argentina, como no se resuelven las contradicciones internas, es que hoy estamos evitando el default en Argentina por la conducta y la responsabilidad política de la oposición”, destacó el radical, para recordar que de los 206 votos a favor que hubo en la Cámara de Diputados al proyecto, 111 fueron de Juntos por el Cambio. “Juegan con fuego. El oficialismo jugó con fuego”, resaltó.
Después llegó el discurso del presidente del interbloque de JxC, Alfredo Cornejo, quien aseguró: “No creemos que cambie de la noche a la mañana la situación de la Argentina con esta aprobación. Sí creemos que estamos contribuyendo con el país, y no con el Gobierno, a no entrar en default. Y no es poca cosa”.
“Si podemos lograr puntos en común, ¿por qué no nos esforzamos en avanzar aún más a partir de esta aprobación?”, se preguntó el mendocino, para responder que “el daño que hace el relato, el daño que hace cambiar los hechos, y estar más preocupados por cómo se los explican, no nos permite salir adelante y vamos a seguir en un círculo vicioso y no virtuoso si seguimos avanzando en esa dirección”.
Finalmente, el jefe del Frente de Todos, José Mayans, arrancó: “No escuché ningún gobernador que se oponga a este tema, hay un gobernador en desacuerdo, pero en general los gobernadores fueron a pedir (a la Cámara de Diputados) que se apruebe este acuerdo”. Y remarcó que uno de ellos fue el radical jujeño Gerardo Morales, quien admitió “esta deuda la hicimos nosotros y tenemos que tener la responsabilidad”. “Eso se llama sensatez”, expresó.
En un discurso -en el que levantó varias risas con ocurrencias-, el formoseño recordó las acciones de los exfuncionarios de Cambiemos, a los que llamó “manga de mentirosos”, y apuntó que cuando terminó el gobierno de Macri la pobreza quedó en 40% y “la inflación, que yo veo que a ustedes les asusta…54% de inflación”.
“¿Ustedes no pueden hacer una reflexión sin enojarse? De cómo nos entregaron el gobierno, cómo nos dejaron el gobierno, cómo dejaron el desempleo, cómo dejaron las PyMEs. ¿No pueden hacer una reflexión? Se enojan”, enrostró, levantando los gritos de la oposición.
Llegando casi a los 40 minutos, Mayans levantó aplausos cuando reconoció: “Nosotros dijimos que íbamos a volver para ser mejores. Hasta ahora no lo logramos”. E inmediatamente remató: “Pero si ustedes vuelven para ser como dice Macri, más rápidos… ¡Uh, no! Eso no hay quién supere. Si van a hacer más rápido, nooo, eso ya no, porque ahí va todo el programa de gobierno, incluido todo lo que hicieron”.
Fuente: Parlamentario
Comments