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Tras la sanción en el Senado, el board del FMI se reunirá de urgencia para aprobar el acuerdo


El directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) debatirá el nuevo programa de Argentina cuando se sancione la ley de endeudamiento en el Senado, en una sesión en la que se subrayarán los fuertes riesgos políticos y económicos que enfrenta el país.


El encuentro será en la modernizada sala del piso 12 del edificio del Fondo -que ya no cuenta con los cuadros de los predecesores de Kristalina Georgieva- y resta saber si, como el resto de las actividades del organismo, se desarrolla en forma híbrida, con algunos directores en Washington y otros en forma virtual.


Fuentes oficiales indicaron a Infobae en Buenos Aires que se espera que el board que conduce Georgieva se reúna en forma “inminente” luego de que la cámara Alta termine de aprobar el texto que ya fue convalidado en Diputados. En Washington ratificaron que el board puede -y ya lo ha hecho en el pasado- reunirse con un período de aviso previo muy corto.


Cabe recordar que el país enfrenta vencimientos por 949 millones el lunes 21 y de 1.832 millones el martes 22 con el FMI y que la intención oficial es evitar esos pagos con una aprobación exprés del programa de refinanciación a 10 años para pagar los USD 40.000 millones del crédito contraído durante el gobierno de Mauricio Macri. ¿La reunión será antes del martes? No hay datos aún al respecto: quizás mañana el vocero del Fondo, Gerry Rice, aporte algún detalle al respecto. Si efectivamente la reunión es días después de la aprobación local y del vencimiento, el Fondo no computaría esa mora como tal (siempre que al final del recorrido el directorio termine aprobando el programa).


Dos fuentes en Washington indicaron que usualmente la convocatoria a las reuniones de directorio para bendecir un nuevo programa debe hacerse con 2 semanas de anticipación, pero aclararon que existen excepciones para casos de “urgencia” y en el Palacio de Hacienda esperan que este sea el caso. Para monitorear estas contingencias, regresó a la capital norteamericana el representante argentino ante el organismo multilateral, Sergio Chodos.


Y, pese a las objeciones internas, la posibilidad de que la postura contraria al FMI dentro del Gobierno prevalezca hasta fines de 2023 –personalizada en el sector que responde a Cristina Kirchner– será un elemento determinante para que el directorio apruebe el acuerdo, más allá de los reparos que existen en una parte del staff y entre algunos directores.


“Si el Gobierno hizo el esfuerzo que nadie le pidió de votar el acuerdo en el Congreso, después del directorio no puede dejarlo de lado, porque eso fortalecería la postura de la vicepresidenta”, indicó a Infobae una fuente desde Washington.


“Hay cinco revisiones hasta el final del mandato de Alberto Fernández y, eventualmente, el programa se podría caer más adelante si el Gobierno no lo cumple, pero la bomba no hay que arrojarla ahora desde Washington”, expresó.


Todas estas discusiones dentro del FMI se darán hasta que el acuerdo llegue a la sala del directorio; luego, se indicó, “debería ser un trámite”. Solo hubo un caso de un país africano plagado de acusaciones de corrupción que tuvo que ser revisado más de una vez por el staff antes de ser aprobado por el board.


En todo caso, todo este debate interno se reflejará en el informe de “Evaluación de riesgos”, que también se realizó cuando el país recibió el anterior crédito extraordinario del Fondo en 2018 y que se enfocará en las debilidades del escenario local –en materia técnica e institucional- y los desafíos para el organismo multilateral.


Este “Assessment of the risks” seguramente colocará el acento la alta inflación, la baja capacidad de crecimiento del país y el escaso desarrollo del mercado local de capitales, entre otros aspectos.


En términos políticos, se hablará de la manera más elegante de los “desafíos” que enfrentará la coalición gobernante para cumplir con las metas del programa.



Se espera que el debate, que seguramente terminará con la bendición del directorio que conduce Georgieva, cuente con las intervenciones de los 24 directores que ocupan una silla en representación de todos los países socios del Fondo.


“Seguramente la reunión del directorio será extensa, con varias preguntas al staff para ver qué puede pasar con el nuevo programa y el equipo va a explicar los riesgos económicos y políticos para el país y para el FMI; tal vez se demore unos días más allá del día del vencimiento del próximo martes”, indicó a Infobae el ex representante argentino ante el organismo, Gabriel Lopetegui.


En tanto, Héctor Torres, que cumplió el mismo rol, dijo que “la evaluación de riesgos busca detectar las vulnerabilidades y riesgos macroeconómicos que enfrenta un país a corto plazo”.


“La guerra en Europa genera una gran incertidumbre que dificulta mucho la estimación de esos riesgos. En nuestro caso esa incertidumbre se ve potenciada por la evidente fractura de la coalición gobernante y la falta de apoyo de la oposición al acuerdo negociado con el staff del Fondo”.


“Creo esto se podría haber evitado si antes de sentarse a negociar se hubiera buscado consensuar los lineamientos de un programa económico elaborado por el Gobierno. Es entendible que los legisladores desconfíen si se les pide que aprueben de urgencia y a libro cerrado un acuerdo que no conocían y que no pueden modificar”, concluyó.


El antecedente del 2018:


En 2018, con la aprobación del primer crédito de acceso excepcional, también hubo un reporte de riesgos. Allí se indicó que el país fue un “histórico y fuerte usuario de los recursos del Fondo hasta mediados de la década de 2000; había estado entre los cinco principales prestatarios durante la mayor parte de los años ochenta y noventa”.


Luego de enumerar los programas firmados en las últimas décadas y la cancelación de la deuda en 2006, se recordó el aumento de los soberanos, registrados y no registrados, en el nuevo siglo.


“Durante el período 2007-15, la relación entre la deuda pública y el PIB fue en promedio de casi 47,5 por ciento. Como reflejo de las mayores necesidades de financiación bruta desde 2016, la deuda pública aumentó a casi el 57 por ciento del PBI a finales de 2017″, precisó.


En cuanto a los riesgos para el Fondo del programa tomado en 2018, advirtió al aprobarlo que sería “el mayor acuerdo en términos absolutos de la historia del Fondo, excluyendo los acuerdos en el marco de la Línea de Crédito Flexible (LCF)”.



“El acuerdo SBA propuesto tendría un impacto significativo en la liquidez del Fondo y en su exposición al riesgo de crédito”, se advirtió, antes de aprobar el segundo programa, que profundizó esta posición.


Dado este cuadro, el FMI adoptó el enfoque “pragmático y realista” mencionado por sus directivos para aprobar el acuerdo con el Gobierno, aun con el reconocimiento de que no cuenta con un plan sólido ni un programa de reformas adecuado para garantizar el repago de la deuda en el mediano plazo.


En 2018 el director por Rusia fue quien levantó la voz para protestar por considerar que el programa con la Argentina no era “realista ni cumplible”, aunque luego se sumó a sus pares y votó a favor. Ese funcionario, Aleksei Mozhin, cumplía hasta ahora el rol de “decano del directorio” pero fue desplazado por la invasión de Moscú a Ucrania y ahora apoya fervientemente el nuevo programa argentino.


Fuente: Infobae



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